El Antiguo Testamento y sus orígenes mesopotámicos.
Que el Antiguo Testamento
comparte muchas similitudes con la mitología y la historia de los diversos
pueblos que habitaron en Mesopotamia en el pasado (sumerios, acadios,
babilonios…) es algo bien sabido ya. Todos saben que el mito del Diluvio
Universal, por ejemplo, está presente en distintas mitologías mesopotámicas. Y
no es algo casual y que deba extrañarnos debido a dos factores:
–El pueblo
hebreo tiene su origen en Mesopotamia y es uno de los diversos pueblos semitas
que allí habitaron (otro ejemplo de pueblo semita son los acadios), y según el
Antiguo Testamento el patriarca Abraham era originario de Ur. Es normal que,
por origen, compartan mitología con sus vecinos mesopotámicos.
–Gran parte
del canon del Antiguo Testamento fue redactado en Babilonia durante el Exilio
(587-537 a.C.). Es probable que, al ser escrito aquí, los relatos se vieran
influenciados por la cultura que rodeaba en ese momento a los redactores.
Aquí voy a resumir brevemente
algunos ejemplos de coincidencias entre la Biblia y las mitologías
mesopotámicas.
–La Epopeya de Gilgamesh y el
Diluvio Universal
Este es, sin duda, el caso más
conocido. El relato del Diluvio ya aparece en la Epopeya de Gilgamesh, en la
tablilla XI para ser exactos. En ella, Gilgamesh encuentra a Ziusudra (también
llamado Utnapishtim), el único superviviente del Diluvio, para preguntarle
acerca de su inmortalidad y de cómo él puede alcanzarla. Ziusudra/Utnapishtim
le cuenta entonces la historia del Diluvio, la cual es prácticamente idéntica a
la que se narra en el Génesis: los dioses deciden acabar con la humanidad
mediante un diluvio, salvando solo a Ziusudra/Utnapsihtim, a quien encargan
construir un arca, indicando las proporciones y medidas, en el cual deberá
meter una pareja de cada animal posible y en el cual él y su mujer se salvarán.
Tras el diluvio, para ver si ha bajado el nivel de las aguas, Ziusudra lanza
varias aves al cielo hasta que alguna de ellas no regrese.
–Más de la Epopeya de
Gilgamesh: el fruto y la serpiente
Tras contarle esta historia, le
indica a Gilgamesh que existe un fruto de la vida capaz de darle la
inmortalidad. Gilgamesh va en su busca, lo encuentra, y lo pierde a manos de
una serpiente, que lo devora. Si bien son historias que aparentemente no tienen
nada que ver, se puede atisbar cierto paralelismo con historia de Adán y Eva:
la serpiente encarna el mal que acaba privando a la humanidad de la
inmortalidad, y la fruta en ambos casos representa el “intento” de los humanos
para lograr estar al nivel de Dios/los dioses.
–Sargón de Acad/Moisés
Moisés es uno de los principales
personajes de toda la Biblia, pero sin embargo su historia se asemeja demasiado
a la de un personaje anterior a él: Sargón, fundador del Imperio Acadio. La
historia de ambos es, muy resumidamente, la siguiente: ambos fueron abandonados en un
cesto en el río al nacer para finalmente ser adoptados por alguien cercano a la
familia real de turno (Moisés por la hija del faraón; Sargón por el copero del
rey de Kish, una ciudad sumeria) y convertirse, con el tiempo, en los líderes
de su pueblo: Moisés liberó a los israelitas de la esclavitud en Egipto y los
condujo hacia la Tierra Prometida, mientras que Sargón, a base de conquistas,
fundó el primer Imperio de la Historia: el Acadio. Cabe destacar que ambos
pueblos son semitas, que Sargón es anterior incluso a Abraham (de hecho, el
Imperio Acadio se disolvió siglos antes del supuesto nacimiento de Abraham) y
que Ur, la ciudad originaria de este patriarca, estaba dentro de los dominios
acadios.
–La ley de Moisés y el Código
de Hammurabi
En el Éxodo, Moisés recibe la ley
de Dios, que se resume en los Diez Mandamientos. Sin embargo, esta ley tiene
algunas similitudes con el Código de Hammurabi, tres siglos anterior. En ambos
casos se da un origen divino al código legal (el Código de Hammurabi afirma que
el rey Hammurabi lo recibió de manos del dios Samash, al igual que Moisés
recibió la Ley de manos de Dios), y tienen puntos en común, como por ejemplo la
ley del Talión (“ojo por ojo, diente por diente”). Sin embargo, guardan también
muchas diferencias, como en el siguiente ejemplo:
"Muerte por ayudar a un esclavo a
escapar o por refugiar a un esclavo fugitivo" (Ley 15, 16)
"No entregarás a su señor el
siervo que huye de él y acude a ti." (Deut. 23.15)
–La creación
También es conocido que el Jardín
del Edén ya aparece en mitologías mesopotámicas. En la mitología sumeria, el
dios Enki crea a los humanos en un paraíso del cual los acaba expulsando por su
comportamiento. Además, a partir de la costilla en Enki es creada la diosa
Ninti, igual que de la costilla de Adán nació Eva.
En el caso de la mitología
babilónica, el mundo fue creado en siete días por la diosa Tiamat, y la
humanidad comenzó su historia en un jardín similar. Esto se narra en un poema
llamado Enuma Elish.
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