Amar en vano

No hay nada más ambivalente que el amor. O te hacer sentirte plenamente vivo, o te mata en vida. O te sana las viejas heridas, o te abre otras nuevas. Es al mismo tiempo lo más bello y lo más doloroso que puede ocurrir en la vida de una persona. Lo más feliz, y lo más triste. Un arma de doble filo que, al fin y al cabo, vertebra nuestra existencia. Todos, de una forma u otra, nos enfrentamos a su bonanza y a su crueldad en algún momento de nuestra vida. A veces, lo hacemos en vano. Como yo ahora. Por eso escribo estas palabras. Porque estoy amando en vano.
¿Tiene sentido amar a alguien que sabes que no te ama, y no sólo que no te ama, sino que ama a otra persona? Probablemente no, pero yo lo estoy haciendo. Y quiero seguir haciéndolo. No solo por si el tiempo es benevolente y, en algún momento, llega a ser correspondido mi amor, sino porque me llena. Filosóficamente me considero "camusiano", pero lo cierto es que estoy faltando a mis ideas filosóficas con esto. Estoy cometiendo una especie de suicidio filosófico porque estoy depositando el sentido de mi vida en algo que no sea la aceptación del absurdo de la existencia. No en ella, evidentemente, sino en el acto de amar, y eso es semejante depositarlo en una religión, en tanto que no hace más que crearme expectativas de un futuro mejor a su lado y un final feliz para mis días. Aunque me gustaría que algún día tuviera las suficientes razones como para incluirla dentro de mi suicidio filosófico. Que ella forme parte de aquello en lo que yo deposite vanamente el timón de mi vida, que ella me haga olvidarme del absurdo. Me suicidaría filosóficamente con y por ella. ¿No es eso parte del absurdo? El amor, efectivamente, es lo más absurdo del absurdo. No solo te induce al suicidio filosófico, sino que lo hace atractivo incluso al que más ha asumido el absurdo y ha aprendido a vivir con él. Y eso lo hace peligroso. Pero si hay un amor verdaderamente absurdo es el amor vano y sin futuro o sentido que siento por ella. Porque sé que su amor es, y será, de otro, nunca mío. ¿Por qué la amo entonces? ¿Y si, en el fondo, ella es mi suicidio filosófico?

No lo sé,
              No lo sé,
                            No lo sé.
                                           Nunca lo sabré.


                                      

Comentarios

Entradas populares de este blog

Realmente quiero escribir, pero no tengo ni puta idea de cómo o sobre qué hacerlo

Y ahora, un poemo

Sobre la negativa de Vox a condenar el franquismo.